Esto le paso a la mejor amiga de mi mejor amiga... adivinen quien!
Ahí estaba yo, sabia que me encontraría con Roberto, pero no tenia certeza de que fuera a ir su amigo.
Ya había pasado mas de una semana y ni rastros de él, pese a que lo pasamos súper bien e intercambiamos teléfonos para ver si salíamos mas adelante.
Después de esforzarme por no parecer una obsesionada por bajar esos kilos de mas (por que no se le pueden llamar kilitos) con el entrenador seguí mi rutina, a esa hora Roberto ya merodeaba por ahí fingiendo que ejercitaba sus desarrollados bíceps o triceps…
Comencé la tortuosa rutina de escaladora junto a mi fiel toalla de mano y mi botella de agua, imprescindibles cuando la deshidratación se hace evidente por la cantidad de sudor que empapaba mas del 80% de la ropa que tenía puesta, ropa que por lo demás estaba absolutamente pensada para el momento del encuentro, todo combinado pero sin parecer salida de la sección in-door del mallsport. La idea es parecer que uno va a hacer ejercicios por el afán del deporte y no buscando verse mejor para atrapar por fin la escurridiza media naranja treintona que se pone cada vez mas esquiva a medida que pasan los años.
A punto de terminar la rutina!!!… uf!, por fin sentarse desparramadamente y descansar un momento!!!, después de casi una hora de tortura y transpiración. Todo indicaba que descansaría por lo menos 30 minutos para recuperar el aliento y entrar a la clase de aerokickboxing, estaba en eso cuando mi mirada se fijó en el frente y justo en el mesón de la recepción había llegado el susodicho, impecablemente vestido, short y polera de esas que le quedan bien solo a quienes pueden lucir su físico, que era el caso por lo demás.
Se notaba preocupación en el vestir, todo combinaba, ahí pensé:”y si de repente mi tincada flash de que el tipo o es gay o es solterón maniático es cierta”, noooooooo!, sacudí la cabeza para borrar esos pensamientos porque la base de mi soltería es lo negativa que me puse después de la ruptura con mi novio anterior hace ya un par de años.
Ahí comencé a experimentar algo que hace tiempo no me sucedía…. PANICO ESCENICO… si, extrañamente luego de 28 largos años de ser la señorita personalidad, la que se mide de tu a tu con quien se le pare en frente, yo que era yo y la mas segura, mas que cualquiera, bueno, hasta ese momento…
Las cosas cambiaron estrepitosamente…que terror!!! Y si me viene a saludar!!!, tengo mas agua en la cara que en la botella!!!, piensa rápido, que hacer para mantener la dignidad, esos eran mis pensamientos mientras mi otro hemisferio cerebral pensaba “todo esto es culpa del imbécil de Roberto, no me podía presentar en esa suerte de cita a ciegas a un tipo que no viniera al mismo gimnasio!!!”.
Era el momento de las estrategias, que hacer!!!... ya sé, el viejo truco del “sin lentes no veo nada” o será mejor “te juro que no te ví, estaba concentrada en la película”??…así que mirada fija al televisor y aunque la película ya la he visto dos docenas de veces es la única salvación para un bochorno de tal magnitud, pensando que si hace tanto tiempo no me sentía nerviosa, no iba a arriesgarme a pasar un papelón con el único tipo interesante que he conocido en años, porque en honor a la verdad, mis citas anteriores rayan en lo latero.
La inseguridad en mis actos por el nivel de nerviosismo era inigualable, tanto así que en un minuto de estupidez llegue a plantearme que mi nivel de sudoración estaba relacionado con lo nerviosa que me había puesto y no con los 50 minutos de escaladora en nivel 7 que había hecho… en fin, era inevitable, así que mientras quemaba calorías retornaba a la tranquilidad mi cabecita, que creo después de haber perdido tanta agua, también perdió unas cuantas neuronas…
En fin, terminé con la escaladora y me bajé, hice una finta digna de futbolista brasileño y me escabullí al camarín de “damas”, tome aire por unos segundos, lave mi cara, aunque no sé para que si ya estaba toda empapada, me peine, al estilo casualmente despeinada y salí con cara de “aquí no ha pasado nada” aunque sentía mis piernas temblorosas y casi adormecidas por el exceso de escalones recorridos en esa maquina infernal.
Ilusamente pensé por unos segundos que mi amistad con Roberto me iba a ayudar a pasar invicta el momento del encuentro, cosa que no sucedió por supuesto, el ante todo es hombre y como tal un perfecto inepto en ese tipo de situaciones. Iba inevitablemente acercándome a donde estaban levantando pesas de 20 kilos como paquetes de cabritas, sentí el peso de las miradas sobre mi, mientras yo trataba de esbozar una sonrisa, no muy pronunciada pero si como gesto de cordialidad, en esos momentos mi querido amigo comienza esa suerte de ataque contra la seguridad de una fémina claramente abatida, fue el efecto de una pateadura en el suelo a mi dignidad, pero estaba decidida a afrontar la situación lo mas dignamente posible.
El dice: “hola poh!”, con claro tono de llamado, obviamente era por si se me ocurría pasar de largo y solo saludar con la mano, lo cual era porsupuesto lo que hubiese hecho en otra circunstancia…, me vi entonces en la obligación de acercarme a saludar, y graciosamente en lo único que tenia puesto el foco de mi atención era en no tropezarme, que hubiera sido el colmo de los bochornos…, casi lo lograba cuando me paré al lado de ellos y le contesté con un tono irónico y claramente de defensa “pero si a ti ya te saludé!!” haciéndome la canchera y acercándome a Ignacio para saludarlo como la señorita que soy, todo iba perfecto hasta ahí, claro, no contaba con que la pata de la camilla donde hacen pesas estorbaría el pequeño paso que era necesario dar para saludarlo, resultado, tropezón justo al lado y casi cayéndome encima de sus músculos, fue en cámara lenta, veía como el esfuerzo de toda esa hora y fracción se iba a las pailas!!, y mientras hacia un movimiento entre de equilibrio y acercamiento para que pasara piola, el ataque se incremente y mi “amigo” me sige ayudando y me ridiculiza diciendo “oiga!... pero sin caerse!!!” soltando una carcajada, pero mi lengua una vez mas fue aun mas veloz que mi mente, entonces dije las celebres palabras que hasta este momento me recrimino: “es que me puse nerviosa”, con un tono irónico inigualable, al instante sonó una especie de chicharra en mi cabeza indicándome que me había mandado un condoro de esos irremediables, pero mi reacción fue de cabra chica de 15, una risita y la insulsa explicación mirándolo con cara de vergüenza “pero si es talla, jajajaja…”, le di el respectivo beso en la mejilla mientras mi rostro se ponía fucsia y enfilé rápidamente a la sala.
Mientras trataba de coordinar la compleja rutina y mis niveles de sudoración se aproximaban a los de un caballo de bandido mexicano, pensaba “por que chucha dije algo así, fue casi como decirle que no me interesa para nada o peor, que era casada o lesbiana o lo encontraba hueco!!!!”, en esos momentos sentía que tenia merecida la tortura que me estaba auto infringiendo haciendo esa clase de una hora.
Desde ese momento de cuando en cuando los divisaba a través de los espejos como levantaban pesas.
Luego de un rato logre sacarme ese peso de sentirme observada aunque nadie me mirara en la clase y comencé a relajarme, no bastó con pensar en eso cuando lo veo que está parado afuera de la sala mirándome con una sonrisa de oreja a oreja y haciéndome gestos de animo. Por supuesto mi coordinación en esos momentos era comparable con un niño de 3 años con problemas psicomotores, ¡¡¡qué había hecho tan malo para pasar por tantos bochornos en un solo día!!!,es mas!!!,en una sola hora!!!, pero bueno eso denotaba interés por parte de el, lo que no era malo para el nivel de vergüenza por el que había pasado durante toda la tarde.
Terminó la clase!, por fin una ducha y a la casita.
Pensé como pasar con cara de apurada y evitar la conversación de pasillo para no evidenciar mi falta de aire y agua en el cuerpo, pero por su puesto, eso iba a ser imposible, el autodenominado amigo, aquel que jamás te ayuda en momentos de complicación estaba preparando su ultimo ataque.
Solo llevaba unos diez a quince pasos desde la sala y estaba a segundos de lograrlo, estaba casi dentro del camarín cuando aparece el parcito de músculos andantes y el infame de Roberto, que además tiene la desfachatez de decirse mi amigo dice con voz burlona “no te habías anotado para la trotadora a las 8.30???”, claro, después de tanto bochorno y actividad física había olvidado que ilusamente me anoté para media hora en la trotadora…
Pero ya a esas alturas nada me inmutaba, era lo ultimo que me podía pasar y como era lógico… me pasó!, levanté mi cabeza y con un gesto de impavidez dije “sí, por que?, tu también quieres trotar un rato?”, manifestando mi incredulidad ante un desgaste físico no programado para los que solo hacen pesas, sonreí y seguí caminando dejando atrás el camarín y asumiendo media hora mas de dolor y esfuerzo…
Habiendo perdido por lo menos 1 kilo en agua por casi 2 horas y media de actividad física continuada vi como se metían al camarín, deseando que “la hicieran cortita” y se fueran luego para poder bajarme de esa maquina infernal y descansar unos minutos.
Efectivamente ya habían terminado sus rutinas y se alistaban para retirarse, mientras yo por dignidad estiraba la mía e intentaba mantenerme estoica frente a esa tortura.
Salió el primer individuo, fresco como una lechuga, salió el segundo en similares condiciones, Ignacio se percata que aun sigo entrenando, se me acerca y detiene la trotadora sin mediar palabra, “no te exijas tanto, ya estuvo bueno…”, fue como una señal divina y un aterrizaje forzoso a la realidad y la sensatez, ¿a quien estaba tratando de impresionar?, era necesario tanto? el tipo igual demuestra interés, parece que en realidad me sobrepasé…
El, que es un circunspecto y perfecto gentleman tomo mi toallita, secó parte de mi rostro y se despidió, no si haberme recordado que viajaba para semana santa a la playa y llegando toma un avión a EEUU por trabajo, en resumen, me estaba advirtiendo que no me podría llamar, muy considerado de su parte, pero como era lógico ese tierno momento de preocupación y tranquilidad fue interrumpido por mi siempre atinado amigo quien frotándose las manos le decía, “estamos listos para mañana, carrete y minas con cambio favorable!!!”, que para un par de economistas significa que esta todo tan barato que sería el doble de carrete y minas por la misma plata…
Chao les dije, y comencé mi tortuosa vuelta a camarines…
Ya había pasado mas de una semana y ni rastros de él, pese a que lo pasamos súper bien e intercambiamos teléfonos para ver si salíamos mas adelante.
Después de esforzarme por no parecer una obsesionada por bajar esos kilos de mas (por que no se le pueden llamar kilitos) con el entrenador seguí mi rutina, a esa hora Roberto ya merodeaba por ahí fingiendo que ejercitaba sus desarrollados bíceps o triceps…
Comencé la tortuosa rutina de escaladora junto a mi fiel toalla de mano y mi botella de agua, imprescindibles cuando la deshidratación se hace evidente por la cantidad de sudor que empapaba mas del 80% de la ropa que tenía puesta, ropa que por lo demás estaba absolutamente pensada para el momento del encuentro, todo combinado pero sin parecer salida de la sección in-door del mallsport. La idea es parecer que uno va a hacer ejercicios por el afán del deporte y no buscando verse mejor para atrapar por fin la escurridiza media naranja treintona que se pone cada vez mas esquiva a medida que pasan los años.
A punto de terminar la rutina!!!… uf!, por fin sentarse desparramadamente y descansar un momento!!!, después de casi una hora de tortura y transpiración. Todo indicaba que descansaría por lo menos 30 minutos para recuperar el aliento y entrar a la clase de aerokickboxing, estaba en eso cuando mi mirada se fijó en el frente y justo en el mesón de la recepción había llegado el susodicho, impecablemente vestido, short y polera de esas que le quedan bien solo a quienes pueden lucir su físico, que era el caso por lo demás.
Se notaba preocupación en el vestir, todo combinaba, ahí pensé:”y si de repente mi tincada flash de que el tipo o es gay o es solterón maniático es cierta”, noooooooo!, sacudí la cabeza para borrar esos pensamientos porque la base de mi soltería es lo negativa que me puse después de la ruptura con mi novio anterior hace ya un par de años.
Ahí comencé a experimentar algo que hace tiempo no me sucedía…. PANICO ESCENICO… si, extrañamente luego de 28 largos años de ser la señorita personalidad, la que se mide de tu a tu con quien se le pare en frente, yo que era yo y la mas segura, mas que cualquiera, bueno, hasta ese momento…
Las cosas cambiaron estrepitosamente…que terror!!! Y si me viene a saludar!!!, tengo mas agua en la cara que en la botella!!!, piensa rápido, que hacer para mantener la dignidad, esos eran mis pensamientos mientras mi otro hemisferio cerebral pensaba “todo esto es culpa del imbécil de Roberto, no me podía presentar en esa suerte de cita a ciegas a un tipo que no viniera al mismo gimnasio!!!”.
Era el momento de las estrategias, que hacer!!!... ya sé, el viejo truco del “sin lentes no veo nada” o será mejor “te juro que no te ví, estaba concentrada en la película”??…así que mirada fija al televisor y aunque la película ya la he visto dos docenas de veces es la única salvación para un bochorno de tal magnitud, pensando que si hace tanto tiempo no me sentía nerviosa, no iba a arriesgarme a pasar un papelón con el único tipo interesante que he conocido en años, porque en honor a la verdad, mis citas anteriores rayan en lo latero.
La inseguridad en mis actos por el nivel de nerviosismo era inigualable, tanto así que en un minuto de estupidez llegue a plantearme que mi nivel de sudoración estaba relacionado con lo nerviosa que me había puesto y no con los 50 minutos de escaladora en nivel 7 que había hecho… en fin, era inevitable, así que mientras quemaba calorías retornaba a la tranquilidad mi cabecita, que creo después de haber perdido tanta agua, también perdió unas cuantas neuronas…
En fin, terminé con la escaladora y me bajé, hice una finta digna de futbolista brasileño y me escabullí al camarín de “damas”, tome aire por unos segundos, lave mi cara, aunque no sé para que si ya estaba toda empapada, me peine, al estilo casualmente despeinada y salí con cara de “aquí no ha pasado nada” aunque sentía mis piernas temblorosas y casi adormecidas por el exceso de escalones recorridos en esa maquina infernal.
Ilusamente pensé por unos segundos que mi amistad con Roberto me iba a ayudar a pasar invicta el momento del encuentro, cosa que no sucedió por supuesto, el ante todo es hombre y como tal un perfecto inepto en ese tipo de situaciones. Iba inevitablemente acercándome a donde estaban levantando pesas de 20 kilos como paquetes de cabritas, sentí el peso de las miradas sobre mi, mientras yo trataba de esbozar una sonrisa, no muy pronunciada pero si como gesto de cordialidad, en esos momentos mi querido amigo comienza esa suerte de ataque contra la seguridad de una fémina claramente abatida, fue el efecto de una pateadura en el suelo a mi dignidad, pero estaba decidida a afrontar la situación lo mas dignamente posible.
El dice: “hola poh!”, con claro tono de llamado, obviamente era por si se me ocurría pasar de largo y solo saludar con la mano, lo cual era porsupuesto lo que hubiese hecho en otra circunstancia…, me vi entonces en la obligación de acercarme a saludar, y graciosamente en lo único que tenia puesto el foco de mi atención era en no tropezarme, que hubiera sido el colmo de los bochornos…, casi lo lograba cuando me paré al lado de ellos y le contesté con un tono irónico y claramente de defensa “pero si a ti ya te saludé!!” haciéndome la canchera y acercándome a Ignacio para saludarlo como la señorita que soy, todo iba perfecto hasta ahí, claro, no contaba con que la pata de la camilla donde hacen pesas estorbaría el pequeño paso que era necesario dar para saludarlo, resultado, tropezón justo al lado y casi cayéndome encima de sus músculos, fue en cámara lenta, veía como el esfuerzo de toda esa hora y fracción se iba a las pailas!!, y mientras hacia un movimiento entre de equilibrio y acercamiento para que pasara piola, el ataque se incremente y mi “amigo” me sige ayudando y me ridiculiza diciendo “oiga!... pero sin caerse!!!” soltando una carcajada, pero mi lengua una vez mas fue aun mas veloz que mi mente, entonces dije las celebres palabras que hasta este momento me recrimino: “es que me puse nerviosa”, con un tono irónico inigualable, al instante sonó una especie de chicharra en mi cabeza indicándome que me había mandado un condoro de esos irremediables, pero mi reacción fue de cabra chica de 15, una risita y la insulsa explicación mirándolo con cara de vergüenza “pero si es talla, jajajaja…”, le di el respectivo beso en la mejilla mientras mi rostro se ponía fucsia y enfilé rápidamente a la sala.
Mientras trataba de coordinar la compleja rutina y mis niveles de sudoración se aproximaban a los de un caballo de bandido mexicano, pensaba “por que chucha dije algo así, fue casi como decirle que no me interesa para nada o peor, que era casada o lesbiana o lo encontraba hueco!!!!”, en esos momentos sentía que tenia merecida la tortura que me estaba auto infringiendo haciendo esa clase de una hora.
Desde ese momento de cuando en cuando los divisaba a través de los espejos como levantaban pesas.
Luego de un rato logre sacarme ese peso de sentirme observada aunque nadie me mirara en la clase y comencé a relajarme, no bastó con pensar en eso cuando lo veo que está parado afuera de la sala mirándome con una sonrisa de oreja a oreja y haciéndome gestos de animo. Por supuesto mi coordinación en esos momentos era comparable con un niño de 3 años con problemas psicomotores, ¡¡¡qué había hecho tan malo para pasar por tantos bochornos en un solo día!!!,es mas!!!,en una sola hora!!!, pero bueno eso denotaba interés por parte de el, lo que no era malo para el nivel de vergüenza por el que había pasado durante toda la tarde.
Terminó la clase!, por fin una ducha y a la casita.
Pensé como pasar con cara de apurada y evitar la conversación de pasillo para no evidenciar mi falta de aire y agua en el cuerpo, pero por su puesto, eso iba a ser imposible, el autodenominado amigo, aquel que jamás te ayuda en momentos de complicación estaba preparando su ultimo ataque.
Solo llevaba unos diez a quince pasos desde la sala y estaba a segundos de lograrlo, estaba casi dentro del camarín cuando aparece el parcito de músculos andantes y el infame de Roberto, que además tiene la desfachatez de decirse mi amigo dice con voz burlona “no te habías anotado para la trotadora a las 8.30???”, claro, después de tanto bochorno y actividad física había olvidado que ilusamente me anoté para media hora en la trotadora…
Pero ya a esas alturas nada me inmutaba, era lo ultimo que me podía pasar y como era lógico… me pasó!, levanté mi cabeza y con un gesto de impavidez dije “sí, por que?, tu también quieres trotar un rato?”, manifestando mi incredulidad ante un desgaste físico no programado para los que solo hacen pesas, sonreí y seguí caminando dejando atrás el camarín y asumiendo media hora mas de dolor y esfuerzo…
Habiendo perdido por lo menos 1 kilo en agua por casi 2 horas y media de actividad física continuada vi como se metían al camarín, deseando que “la hicieran cortita” y se fueran luego para poder bajarme de esa maquina infernal y descansar unos minutos.
Efectivamente ya habían terminado sus rutinas y se alistaban para retirarse, mientras yo por dignidad estiraba la mía e intentaba mantenerme estoica frente a esa tortura.
Salió el primer individuo, fresco como una lechuga, salió el segundo en similares condiciones, Ignacio se percata que aun sigo entrenando, se me acerca y detiene la trotadora sin mediar palabra, “no te exijas tanto, ya estuvo bueno…”, fue como una señal divina y un aterrizaje forzoso a la realidad y la sensatez, ¿a quien estaba tratando de impresionar?, era necesario tanto? el tipo igual demuestra interés, parece que en realidad me sobrepasé…
El, que es un circunspecto y perfecto gentleman tomo mi toallita, secó parte de mi rostro y se despidió, no si haberme recordado que viajaba para semana santa a la playa y llegando toma un avión a EEUU por trabajo, en resumen, me estaba advirtiendo que no me podría llamar, muy considerado de su parte, pero como era lógico ese tierno momento de preocupación y tranquilidad fue interrumpido por mi siempre atinado amigo quien frotándose las manos le decía, “estamos listos para mañana, carrete y minas con cambio favorable!!!”, que para un par de economistas significa que esta todo tan barato que sería el doble de carrete y minas por la misma plata…
Chao les dije, y comencé mi tortuosa vuelta a camarines…
4 Comments:
Mamita!!!! terrible de larga su history!!!!
La biblia del bloc
son hechos veridicos... no podia resumir... seria como anular un pedao de la historia universal!!!!
buena la history! estas hermanistas se manejan con el arte de escribir... son unas literatas innatas... que derroche de talento! ya vayan calentando motores que luego vendrá la publicación de nuestro primer libro... harry potter será una alpargata al lado de las hermanas Jones!
igual casi llore con la historia, hasta me sentí un poco identificada... como cuando le dije a mi jefe que me sentía como Betty la Fea y él Don Armando...
y eso que es solo la primera parte, voy a hacer un complilado y al concurso de la revista paula... muerte a la aldunate!!!!
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