¿Es presión social? No yeguas… es indiferencia, consuelo y prejuicio

Y esto que escribo no es protesta… es anécdota

Caso 1
La semana pasada fui en family a celebrar el cumple de mi papá a un concurrido restaurant de la metropoli. Fueron: mis papás, mi hermano con la polola, mi hermana con el suyo… y yo (los pior es na’ no dentran en el cuadro familiar, obvio).
Después el mozo trajo la torta, cantamos el cumpleaños feliz de rigor y el novio de mi hermana sacó la camarita amiga para la “instantánea del momento”. Foto a los 7… linda, linda, linda.
Después, foto a mis papás. Después foto a mi hermano y su lola. Después, foto a mi hermana y su man… Cuando yo ya estaba tellible de lista y con la sonrisa de oreja a oreja esperando el click… la weá nunca llegó… es decir… nadien hizo el menor intento por sacarme una foto, wevá que yo pensaba lógica si la cámara iba capturando a todos los comensales. Y pensé… ¿¿¿será porque no estoy emparejá???
Tonces yo les dije:“el gordo no pudo venir, todo caso, sáquenme la foto no más”. Y ahí recién, luego de las risitas onda “Uy, se nos shispotió”, me paparaziaron.

Caso 2
Estábamos conversando con mi mamá y mi hermana sobre una prima que se casa en tres meses más. Que sufrió cualesquiera cantidá luego de terminar un largo pololeo y que ahora por fin había encontrao el amor en un hombre güeno, güeno, güeno. Del verbo güena persona. Tonces mi mamá -mirándome de reojo y con el palo directo-, dice: “a todos les llega el amor y la felicidá en algún momento, el sufrimiento no puede ser tan largo”. Resulta que para mi mamá no estar casada o no estar pololeando es sinónimo de infelicidad, de desgracia, de inestabilidad, de inmadurez y de un cuantuay de leseras que solo se solucionan con el “masho protector que te ame”. Para ella, yo sigo siendo una adolescente infeliz (tengo 31 años) mientras no está casá y con críos.

Caso 3
Fui a un matrimonio sola. Alone, sin pierna, como siempre. Me importa una raja. Prefiero eso que invitar a un perico x… podría morirme de la lata… Nunca he tenido malas experiencias por ir sola a matrimonios, al contrario. Pero aquella vez justo me encontré con varias compañeras de colegio… Miren, unas jugosas que no veía hace miles años y que en el colegio eran tellible porras y güenas pal weveo, desas que usaban el jumper a lo mirian hernández y ahora hablan con la papa en la boca, las acompaña el bacán masho proveedor y tienen mínimo 3 ó 4 críos.
¿Viniste sola? ¿No estás pololeando? ¿Te has casado? ¿Hace cuánto que estas sola? ¿Por qué viniste sola? ¿No invitaste a alguien? ¿Por qué no invitaste a alguien? Ya te llegará… cuando menos te lo esperes aparecerá… Miren, cómo les explico que si no me dieron el pésame es porque se mordieron la lengua… porque para ellas yo era una muerta en vida… por haber ido sola a un puto matrimonio.