Creo que hay tres cosas que son las que más importan en la vida: familia, amigas (sí, en femenino), trabajo. Después vendrán los intereses o hobbies que tiene cada uno (en mi caso, sueño con que algún día sea el gimnasio y una dieta balanceada, je).
Sin duda son las personas de mi familia, las que más quiero y las que más me preocupan.
También me importa mucho el trabajo. Sobre todo ahora que me falta. Independiente de lo económico y aunque suene cliché, te hace sentir útil en la sociedad y hace que tu vida tenga más sentido y realización, más, si todavía no has formado tu propia familia.
Bueno, y una parte fundamental también creo yo que lo forman las amigas. Te escuchan, las escuchas, te apoyan, las apoyas, te entregan cariño, les entregas cariño, contribuyen a hacer vida social, viceversa, y así podría seguir.
Ahora, todo ese cariño que uno le pueda tener a una amiga, finalmente repercute en algo que a lo mejor no suene tan “bonito”, pero finalmente es: INTERÉS... que no es malo... es no más.
Es que finalmente necesitamos que los amigos nos escuchen (y ellos lo necesitan). Por un cuento generacional y de roles, no podemos contarle todo a los papitos o a los hermanitos. Tampoco salir con ellos full carrete o irte todos los fines de semana largo a la playa o de vacaciones. Menos, contarle tooodas tus aventuras o penas amorosas, mientras tomas más de la cuenta. Francamente no me imagino a mi mamá hueviando conmigo en una despedida de soltera. Ni a mi papá, acompañándome a la bruja a verme el tarot.
Creo que los amigos sacan lo mejor de uno. Te hacen sentir en confianza. Te hacen acumular también los mejores “recuerdos de la juventú”. Y así podría seguir ennumerando los variados beneficios de “la amistá”.
También hay amigos más cercanos que otros según “tu estado actual”. O sea… yo tengo varias amigas casadas, pero reconozco que las veo mucho menos. A mi comadre, 1 ó 2 veces al mes… al resto, 1 ó 2 veces al año. Y nos volvemos a ver y es todo como siempre. La misma confianza, cero cobrá de sentimientos… es la raja! Cada una tiene su vida demasiado distinta a la de la otra, pero nos seguimos conectando en la misma frecuencia y riéndonos de lo mismo. Y las escucho feliz, contándome sus dramas con las nanas, suegras o con los llantos de guaguas en la madrugada y ellas a mi, felices también, con las ya ultracomentadas y a veces patéticas -hay que decirlo- “aventuras de mujeres de 30” (ó más), que algunas, inexplicablemente ¡envidian!
Para qué decir las amigas que se ponen a pololear… no se me pasaría por la mente dar el "jugo vencío" (creación inteleptual de mi sister Brid) de “cobrarle sentimientos”… o sea… OBVIO que es mejor estar con el pololo nuevo! y no tan nuevo también!
Pero en fin. De todas maneras me junto mucho más con amigas solteras. Y no estoy diciendo que éstas sean las amigas de turno. Es mucho más que eso. Porque pucha que las quieres, te interesas por ellas y les deseas lo mejor de la vida (por ejemplo, mis sisters, que las adoro!). Generalmente son amigas con las que compartes ciertas formas de ser, de pasarlo bien, de ver la vida, etcétera, ah? lo que se llama "tener cosas en común".
Pasan a formar parte importante de tu vida. El problema, a veces, es que pasas a involucrarte más de la cuenta en sus dramas (o viceversa) u opinar más de la cuenta o exigir más de la cuenta.
Hace mucho, más bien, hace demasiado tiempo, que no exijo o espero de una amiga lo mismo que estaría dispuesta a entregar yo. Sino, es para volverse loca... (onda jugo infantil). Claro, mi carácter impulsivo me juega a veces malas pasadas. Pero en general, y repito, tiendo a no exigir ni esperar mucho. Lo que también me ha llevado a encontrarme con excelentes amigas y grandes sorpresas.
Y es que la amistad NO debe exigir nada. Como que su esencia es la libertad. A las amigas las eliges (por lo que sea, pero finalmente es elección). Podemos empezar a hablar de exigencia con una pareja (y a lo mejor, por no decir, “con cuea”), ¿pero con las amigas? NO WAY.
Ya en varias oportunidades le he dicho a amigas mías que me han pintado el mono (por no llamar… o no ir… o no querer tal cosa… etc.): “hueona, no soy tu pololo…no hueís”…. Y menos mal que terminan diciendo: “jajaja, tenís razón”.
Lamentablemente uno no siempre es “la disponible”. Qué penca sería ser la amiga de turno de alguien. Aquella que es desechable si no satisface tus necesidades HOY. Aquella que si no cumple con los requisitos necesarios, de acuerdo a tu vida actual, CHAO.
Uno es como es no más... pensándolo bien y con tanta definición "novelesca" de "la amistá" que me encontré en gugle... a lo mejor no soy tan buena amiga, pero como dicen por ahí... ES LO QUE HAY.
Con trú lop y no siempre disponible,
Grace
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